miércoles, 26 de noviembre de 2014

Simone Veil (Niza, 13 de julio de 1927) abogada y política francesa, superviviente al Holocausto, al frente del Ministerio de Sanidad en el gobierno de Valéry Giscard d'Estaing, promulgó la ley llamada Ley Veil por la que se despenalizó el aborto en Francia, aprobada el 26 de noviembre de 1975.


Simone Veil
(Simone Jacob; Niza, 1927) Política francesa, presidenta del Parlamento Europeo desde 1979 hasta 1982 y ministra de Asuntos Sociales y Salud desde 1993 hasta 1995. Hija de un arquitecto judío, a los trece años fue deportada con su familia a los campos de exterminio nazis de Auschwitz y Bergen-Belsen, donde perdió a su madre y a un hermano. Ella pudo salvarse, aparentemente, por su belleza física. Tras la liberación estudió Leyes en el Instituto de Estudios Políticos de París y entró en la magistratura.
En 1957 debutó en la administración como agregada en el Ministerio de Justicia, hasta 1969, fecha en que entró a formar parte del equipo del ministro de Justicia, René Pléven. En 1970 fue nombrada secretaria general del Consejo Superior de la Magistratura y dos años después se integró en el Consejo de Administración de la ORTF. En 1974, tras la victoria en las presidenciales de Valéry Giscard d´Estaing, fue nombrada titular de Sanidad, ministerio en el que desarrolló una activa política de reforma hospitalaria y de liberalización de la ley sobre la interrupción del embarazo, así como la legalización del aborto (1975), lo que le valió acerbas críticas de los sectores más conservadores.
En 1979 abandonó el gobierno para presentarse cabeza de lista a las elecciones europeas de aquel año por la gubernamental Unión por la Democracia Francesa (UDF), coalición dentro de la cual estaba adscrita al Centro de Demócratas Sociales (CDS). Obtuvo el escaño y además fue elegida presidenta del Parlamento, el primero elegido por voto directo, por lo que se convirtió en la primera (y hasta el momento única) mujer en ocupar una alta magistratura de la CEE, bien del Parlamento, bien de la Comisión. Concluido su mandato en 1982, en 1984 -año en que fue elegida vicepresidenta de la cámara- y en 1989 volvió a encabezar la lista europea conjunta de UDF y la gaullista RPR. Dejó su escaño en Estrasburgo en 1993 para asumir su habitual cartera de Asuntos Sociales y Salud en el gobierno RPR-UDF de Édouard Balladur. En 1995 el nuevo primer ministro Alain Juppé prescindió de sus servicios, aparentemente por haber apoyado a Balladur contra Jacques Chirac en las elecciones presidenciales de aquel año.
Considerada la "gran dama de la política francesa" y conciencia de la derecha, Veil es probablemente la figura política más popular de su país y permanente "potencial" primera ministra. Su compromiso con los derechos de la mujer, la infancia y los inmigrantes, más su firme convicción europeísta, le han permitido recibir honores de los gobiernos de Francia, Costa de Marfil, Marruecos, Grecia, Venezuela, Italia, Bélgica, Israel, Estados Unidos, España y Alemania, que le otorgó el Premio Carlomagno en 1981 por sus aportaciones a la unidad europea.

 Simone Veil, le 26 novembre 1974 à l'Assemblée nationale.

15 fotos icónicas

http://www.huffingtonpost.es/2014/03/08/mujeres-en-lucha-homenaje_n_4919741.html

martes, 25 de noviembre de 2014

http://lasprincesastambienfriegan.com/tag/maria-castejon-leorza/

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Maltrato psicológico



Maltrato psicológico. Rompe tus cadenas emocionales Existe un tipo de violencia sorda, muda, invisible: el maltrato psicológico. La mayoría de las definiciones coinciden en describir el maltrato psicológico como cualquier tipo de comportamiento repetido de carácter físico, verbal, activo o pasivo, que agrede a la estabilidad emocional de la víctima, de forma continua y sistemática. El objetivo de dicho comportamiento es hacer sufrir a la víctima mediante la intimidación, el sentimiento de culpa o la desvalorización aprovechando el amor o cariño que ésta siente hacia su agresor. Este tipo de maltrato es el más difícil de identificar y evaluar por lo que la gravedad se estima según su frecuencia e impacto psicológico que ocasiona a la víctima. A pesar de que muchas personas lo asocian con las malas relaciones de pareja, el maltrato psicológico puede aparecer en distintos ámbitos: pareja, familia y trabajo, pudiendo ser ejercido por parte de un hombre hacia una mujer o viceversa. A continuación, te mostramos cómo puedes reconocerlo, cuál es el perfil de víctima y maltratador y cómo podemos actuar para prevenirlo y para romper con las cadenas emocionales que atan a la persona maltratada de aquella que la maneja psicológicamente.

  Manifestaciones del maltrato psicológico: cómo saber si lo sufres ¿Seré yo que me lo tomo muy a la tremenda? ¿Lo habré provocado yo? ¿Tal vez si hubiera contestado de otra forma…? Mejor no le digo que… no va a ser que… Estos diálogos son frecuentes en las personas maltratadas con relación a su agresor. Si debido al agotamiento emocional al que están sometidas las víctimas son capaces de justificar una agresión física, cuánto más no van a ser capaces de justificar una agresión no patente, aparentemente subjetiva como es el maltrato psicológico. Por ello, es importante informar a las personas acerca de qué tipo de comportamientos no deben estar nunca permitidos cuando se dan de forma repetida. El maltrato psicológico se subdivide en las siguientes categorías en cuanto a sus manifestaciones: Maltrato económico o financiero El maltratador quiere controlar de forma absoluta los recursos económicos de la víctima. Para ello controla sus ingresos, no le permite trabajar, le solicita que justifique los gastos, le obliga a pedir préstamos, le permite un presupuesto de gasto límite, hace las compras para que la víctima no tenga dinero, le corta el teléfono, no le permite el acceso a las cuentas bancarias, le castiga/recompensa con el dinero, etcétera. Maltrato estructural El maltratador ejerce un poder sobre la víctima basándose en la desigualdad que, según él le hace superior. Para ello emplea frases para desvalorizarle y con imperativos (por ejemplo “esto es así porque quiero yo”), toma decisiones sin consultarle, le cuestiona las suyas, le recuerda sus fallos de forma persistente, no se compromete a hacer nada por ella, le obliga a asumir responsabilidades, le obliga a mantener relaciones sexuales y la castiga con la indiferencia o el enfado cuando se niega a mantenerlas. Maltrato espiritual Se refiere a la eliminación o ridiculización de las creencias o ideales de la víctima obligándole a aceptar las suyas propias. En este caso el maltratador no le deja elegir o minusvalora sus decisiones, constantemente le recuerda que sabe hacer las cosas mejor que ella, no le permite hacer actos acorde a sus creencias o los ridiculiza, habla mal de personas que comparten los ideales de ésta. Maltrato social Tiene lugar cuando se aísla a la víctima reduciendo sus relaciones sociales, controlándolas o ridiculizándola delante de éstas. Otras de las manifestaciones son escuchar sus conversaciones, leer sus mensajes de texto o correo electrónico, le restringe las relaciones con sus familiares y amigos, le acompaña de forma obligada siempre que queda con amigos, no le da oportunidades para conocer gente nueva, le ridiculiza cuando habla delante de otras personas, le saca defectos delante de sus amigos, etcétera. 

  Repercusiones en la víctima de maltrato psicológico Las consecuencias del maltrato psicológico pueden agruparse en las siguientes categorías: Consecuencias psicológicas La primera manifestación es la baja autoestima. Algunos estudios sostienen que las personas con baja autoestima tienen una mayor predisposición a sufrir este tipo de problemas cuando cruzan sus vidas con un maltratador, por lo que en algunos casos la baja autoestima puede ser un antecedente de los mismos. Además es frecuente la experimentación de sentimientos de culpa e indefensión acompañados por niveles elevados de estrés crónico y ansiedad, que en muchas ocasiones son causantes de las secuelas físicas. Por otro lado, el consumo de sustancias o incluso la adicción a las mismas (psicofármacos, alcohol, drogas, etcétera) como forma de huida de la realidad puede ser otra secuela psicológica de los malos tratos. Consecuencias físicas Aparecen una serie de trastornos asociados al estrés crónico que puede actuar como predisponente o mantenedor de los mismos. Entre ellos encontramos: alteraciones en el sueño, hipertensión, alteraciones digestivas, dolores de cabeza, dolores musculares, etcétera. Consecuencias sociales El aislamiento es la principal repercusión del maltrato. La víctima se siente distinta al resto, cree que nadie la creería por lo que de forma progresiva se va distanciando de amigos y familiares. También puede verse afectado su rendimiento por lo que pueden aparecer repercusiones serias en su productividad laboral o académica.

  Perfil del maltratador psicológico: aprende a reconocerlo El maltratador psicológico puede ser un hombre o mujer que comparte las siguientes características: • Son personas controladoras y con un bajo nivel de autoestima que quieren aumentar a medida que bajan la de la otra persona a la que agreden. • Se sienten inseguros de sí mismos. • Tienen poca capacidad para gestionar su propias emociones y de empatía hacia los demás. • Son muy sensibles al fracaso y no lo asimilan bien, por lo que se sienten frustrados con facilidad. • Muestran posibles rasgos de personalidad psicopáticos (falta de compasión hacia los otros) y pueden llegar a tener creencias sobrevaloradas. • Generalmente son amables y encantadores con la mayoría de las personas con excepción de con su víctima. • En algunos casos, ellos mismos han sido víctimas de malos tratos, aunque el hecho de haber sido maltratado no implica (ni justifica) que la persona se convierta matratador. • Su comportamiento hacia la víctima se caracteriza por una gran variedad de amenazas (echarle de casa, macharse él/ella, llevarse a los hijos, suicidarse…), usa la ironía para dar lugar a la ambigüedad de sus actos, pone en duda la estabilidad emocional de la víctima, la intimida (malos gestos, gritos), se irrita y tiene cambios bruscos de su estado de ánimo con facilidad y constantemente culpa a la víctima de todo lo que va mal.

  Cómo actuar ante el maltrato psicológico No te lo creas, no es cierto, quien bien te quiere no te hace llorar. Quien te quiere te da una visión crítica de la cosas; pero no para destruirte, sino para ayudarte, juntos, a construir. Quien te quiere no te juzga; opina sobre lo que le dices. No te obliga ni se enfada si no llevas a cabo sus decisiones; te sugiere, te aconseja. No hace las cosas por ti, porque sabe hacerlo mejor; está ahí para apoyarte si lo deseas, si te equivocas. No te castiga con gritos ni con la indiferencia cada vez que las cosas no le gustan; se enfada, eso sí, no es perfecto/a, pero te lo expresa sin intención de hacerte daño. Quien te quiere, aunque a veces se equivoque, está ahí para hacerte feliz. Que entiendas esto y lo interiorices, es fundamental para que actúes, pues de no entenderlo, por mucho que te digamos no vas a querer verlo. Si consideras que estás sufriendo malos tratos psicológicos nuestro mejor consejo es que no pretendas cambiar la situación que estás viviendo. Es difícil que tu agresor cambie; por mucho que te lo diga en los momentos en que te plantees dejarlo. No lo creas, rara vez sucede. Es más, la violencia suele ir creciendo de forma progresiva. No estás ahí para educar a nadie, márchate. Algunos de nuestros consejos te lo pondrán más fácil: 
• Rodéate de tus amigos y familiares. Cuéntale a ellos la situación que estás viviendo. Te sorprenderá cómo te sientes arropada. 
• No te cuestiones a ti mismo/a ni te culpabilices. A lo mejor te has equivocado en algo, pero la violencia no es la respuesta. 
• No mantengas el contacto con el agresor. Ten en cuenta que ahora emocionalmente estás vulnerable, por lo que él/ella puede dar la vuelta a la tortilla en cualquier momento.
• No temas por si se repite la situación. Recuerda que no es tu culpa, sino la de esa persona, que debido a su desequilibrio emocional no ha sabido disfrutar de tu compañía. 
• No consumas medicamentos, ni alcohol. Si emocionalmente te encuentras mal, solicita asistencia psicológica.

  Cómo prevenir el maltrato psicológico Aunque podemos prevenir el maltrato psicológico, es importante que la víctima sepa que ella no tiene la culpa de sufrirlo y que dicho padecimiento no es debido a que no haya sabido evitarlo. El único culpable es el agresor. Para poder prevenir el maltrato psicológico es necesario informar a la sociedad de qué se entiende por éste y cuáles son sus secuelas. Algunas personas que ya lo sufren no se han percatado de ello, por lo que cuando quieren parar la situación lo tienen mucho más complicado, ya que sus fuerzas y seguridad en sí mismas han mermado lo suficiente para que comiencen a cuestionarlo. Al mismo tiempo, de nuevo aquí la formación acerca de aspectos comunicativos y defensa de derechos personales desde etapas tempranas es muy importante. Es fundamental que crezcamos desarrollando un estilo comunicativo asertivo y que aprendamos a hacer respetar nuestros derechos sin violar los de los demás. La escuela tiene un papel importante en todo ello, pero más aún el núcleo familiar transmitiendo esta actitud a sus hijos. 

 Contenido adaptado de http://www.webconsultas.com/

Abre los ojos

Estas son algunas de las excusas que nos ponemos para no sospechar, entender y aceptar que vivimos con un maltratador. Algunas nos han sido inculcadas o utilizadas por nuestras propias abuelas, madres o amigas:
“Es celoso porque me quiere mucho.”
“Le pongo nervioso porque soy torpe.”
“Es normal que mire/busque a otras mujeres porque no soy suficiente para él.”
“Es culpa mía porque le hago perder la paciencia.”
“Me lo merezco porque no le demuestro respeto.”
“No le satisfago sexualmente porque soy fea.”
….
¡ES MENTIRA!
¿Conoces otras razones similares?


jueves, 20 de noviembre de 2014

Sexismo lingüístico


SEXISMO LINGÜÍSTICO

Con el término sexismo solemos designar –y así lo constata el Diccionario académico (Madrid, 2012)- la  “discriminación de personas de un sexo por considerarlo inferior al otro”. Sobra decir que el sexo tradicionalmente discriminado con respecto al otro es el femenino. Victoria Sau en su Diccionario ideológico feminista (Barcelona, 1989), destaca que el sexismo abarca todos los ámbitos de la vida y de las relaciones humanas, y que el lenguaje constituye sin duda un buen ejemplo.

Se incurre en sexismo lingüístico cuando el mensaje resulta discriminatorio debido a su forma, es decir, debido a las palabras o estructuras elegidas.

En ocasiones, podemos detectar el sexismo lingüístico aplicando la regla de inversión que consiste en sustituir la palabra dudosa por su correspondiente de género opuesto. Si la frase resulta inadecuada, es que el enunciado primero era sexista.

El sistema lingüístico del español ofrece posibilidades para que no se produzca discriminación sexual en el uso del idioma. Los fenómenos lingüísticos sexistas pueden y deben evitarse sin agredir las normas gramaticales.

Problemas morfosintácticos:

El género es una categoría gramatical que permite clasificar los nombres en masculinos y femeninos y establecer la concordancia entre palabras. En español responde a circunstancias de la lengua y no siempre se asocia con la referencia extralingüística al sexo natural. El género masculino posee un doble valor, como específico (referido a varones) y como genérico (referido a ambos sexos). El femenino no posee el carácter globalizador del masculino y solo puede emplearse de modo restrictivo. En determinados mensajes, no obstante, el uso del masculino genérico produce ambigüedades y confusiones que pueden dar lugar a la discriminación y a la ocultación de la mujer, quedando ésta relegada a un segundo plano a causa de la función que los miembros de la comunidad confieren al género.

Atendiendo a las normas gramaticales del español, cuando tenemos que concertar el adjetivo con sustantivos femeninos y masculinos tenemos que recurrir al masculino genérico, o bien repetir el adjetivo en su doble flexión, con las implicaciones estilísticas que esto conlleva. Si los adjetivos van precedidos de un verbo copulativo, podemos buscar sinónimos invariables en cuanto al género o anteponer al adjetivo un sustantivo sin marca de género.

El artículo desempeña un papel fundamental para indicar el género de los sustantivos de forma única. E ocasiones, el artículo femenino se une a sustantivos masculinos indicando así un estadio intermedio en la creación del término femenino (la abogado), pero otras veces obedece a una razón semántica, pues el cambio en la flexión de género del sustantivo conlleva una diferenciación que atañe al  significado (la secretario/ la secretaria).

Para evitar el abuso o la ambigüedad que pueden generar los pronombres masculinos en sentido genérico, podemos sustituir el/los que por quien/quienes o por la/s persona/s que. De  modo similar los indefinidos cuantitativos uno/s, todo/s, alguno/s también pueden sustituirse por el genérico persona o acudiendo al desdoblamiento de los sustantivos a los que se refieren o acompañan.

Problemas lexicosemánticos:

Es conveniente usar el término hombre solo cuando nos refiramos al sexo masculino. Para englobar a los dos sexos es preferible emplear términos genéricos, colectivos o los desdoblamientos hombres y mujeres o mujeres y hombres.

Para evitar el abuso  del masculino genérico, la lengua española posee muchos recursos, por ejemplo, colectivos, perífrasis, construcciones metonímicas, desdoblamientos, barras, explicativas, omisión de determinantes (o empleo de determinantes sin marcas de género) ante sustantivos de una sola determinación, estructuras con se, utilización de formas personales genéricas o formas no personales de los verbos. Todas estas soluciones no son posibles en todos los contextos. Se trata de optar por la más adecuada, es decir, aquella que, sin atentar contra la gramática, visualice a la mujer en el discurso.

Se deben evitar los duales aparentes cuando el término que alude a la mujer posee un sentido peyorativo, como ocurre con la expresión mujer pública. En el caso de que el término designe un cargo o profesión (gobernante/gobernanta) será el uso el que, en la medida en que las mujeres ocupen los puestos que tradicionalmente han desempeñado los varones, imponga la utilización de la forma masculina para ambos sexos o consolide la forma femenina con un nuevo sentido (alcaldesa).

El tratamiento dado a los dos sexos debe ser simétrico, por lo que no debe utilizarse el término mujer como sinónimo de esposa, ye que hombre no lo es de esposo. La mujer no debe presentarse con un papel secundario o subordinado, por tanto, han de evitarse los tratamientos de señorita, esposa o señora de, que inciden en su estado de dependencia con respecto al varón. Una solución es utilizar nombre y apellido seguido, si es necesario, de don/doña o señor/señora.

Los documentos administrativos abiertos deben dirigirse a los usuarios y usuarias con fórmulas que engloben a ambos sexos. Las más recomendables son los genéricos, los colectivos, las perífrasis y los desdoblamientos. También puede recurrirse a las barras; pero su uso debe, salvo excepciones, limitarse a los formularios e impresos. Cuando adoptemos una solución tenemos que ser sistemáticos a lo largo de todo el texto, para evitar ambigüedades.

Para el empleo de los nombres que designan profesiones, oficios o cargos de responsabilidad conviven en el uso del español actual las siguientes opciones:

1.       Emplear el masculino para designar a la mujer: Mª Victoria es concejal en el ayuntamiento de Granada.

2.       Feminizar y masculinizar los términos

a)      mediante el morfema de género: azafato/azafata, concejal/concejala, juez/jueza, etc.

b)      mediante el empleo del artículo: la abogado, la  juez, la concejala, la médico, etc.

3.       Por lo que respecta a la formación del plural se suele optar por

a)      utilizar el masculino genérico (postura defendida por la RAE),

b)      especificar el  sexo por medio de los desdoblamientos.

Una solución es feminizar y masculinizar los términos, manteniendo inalterados los sustantivos de una sola terminación. También se debe evitar el uso del masculino genérico para no suscitar ambigüedades recurriendo, cuando se pueda, a genéricos, colectivos, perífrasis o construcciones metonímicas.
Es inadmisible el empleo del símbolo @, cuando sea necesario economizar espacio  puede recurrirse a los dobletes con barra (/), aunque proponemos limitar su uso en los impresos y formularios, puesto que dificulta la lectura y, como los desdoblamientos, lentifica el discurso.
Por lo que respecta al orden de palabras, conviene no olvidar que, en cualquier caso, no hay razón para anteponer sistemáticamente el término masculino al femenino.

Adaptado de Manual de Lenguaje Administrativo No Sexista, Ayala Castro, Marta C., Guerrero Salazar, Susana y Medina Guerra, Antonia M., Asociación de Estudios Históricos Sobre la Mujer (Universidad de Málaga) en colaboración con el Área de la Mujer (Ayuntamiento de Málaga).
                                                                             








Página web de las NACIONES UNIDAS

http://www.un.org/es/events/endviolenceday/

25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

«Acojo con beneplácito el coro de voces que piden que se ponga fin a la violencia que afecta a alrededor de una de cada tres mujeres a lo largo de su vida. Aplaudo a los dirigentes que están ayudando a promulgar leyes y a hacerlas cumplir, y a cambiar mentalidades. Rindo homenaje, además, a todos los héroes en el mundo que ayudan a las víctimas a sanar y a convertirse en agentes de cambio.»
Mensaje del Secretario General, Ban Ki-moon
en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer